miércoles, 30 de junio de 2010

Es jodido. No quiero explicarlo, porque eso supone pensarlo y pensarlo supone a su vez ponerme mal, tríste. Porque me afecta y no quiero que siga siendo así; basta. Pensarlo implica revivir toda esa miérda que pasó; darle importancia. Y no puedo seguir así; no voy a hacerlo.
¿Y qué hacer? Sé que tengo que dejar el pasado atrás, pero a veces siento que es el pasado el que no me quiere dejar atrás a mí. No logro que no me sensibilice, que no me sencibilices. Necesito no hablarlo más, de nada sirve. En realidad, nada sirve. No se va, está estancado y me asusta que no se vaya. Ya lo pensé, lo hablé, lo reprimí, lo lloré, lo somaticé, lo escribí, lo leí. Y acá estoy, sigo acá. Sigo en casi exactamente el mísmo punto de partída. No avanzo, no puedo. Ya no sé qué hacer ni cómo hacerlo... ¿y lo peor? las trabas me las pongo yo mísma. Porque a esta altura, a nadie le importa. Y está bien que así sea, porque no debería importarme tampoco a mí. Algún día pasará... la tristeza vá a irse, yo lo sé. Simplemente quiero que ese día llegue cuanto antes, y no sé cómo lograrlo. Ninguna ayuda me sirvió; es algo que tengo que descubrir sola. Poco a poco pasa, y yo sé, yo te juro que sé que va a pasar; se va a ir. Lo único que pido es que esperes por mí... no me dejes sola en el camino.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ánimo tonta, el pasado no existe, es una concepción mental que tenemos para fraccionar la memoria, es psicológico! jajaja Te amo