Así que fuí y la desenpolvé. Le saqué el poco polvo que había logrado adquirir en este tiempo, a falta de un uso regular de ella. Hacía ya rato que no la estaba usando, y se sentía bien. Me sentía bien. Mejor que nunca.
"Una vez más", me dije. "Y ésta es la última", me consolaba mientras me coloqué nuevamente la careta. Era necesario, estaba fuera de mi control y de mi poder. No usarla significaba tantos problemas que había llegado a incorporarla día tras día, ¡si hasta me impuse un horario!: lunes a viernes, de mañana a mediodía.
Y hoy no me quedaba opción, tenía que usarla nuevamente o enfrentarme a las consecuencias, y éstas no me gustaban. Así que fuí y la desenpolvé, y la lucí una vez más. La última, por favor.
"Una vez más", me dije. "Y ésta es la última", me consolaba mientras me coloqué nuevamente la careta. Era necesario, estaba fuera de mi control y de mi poder. No usarla significaba tantos problemas que había llegado a incorporarla día tras día, ¡si hasta me impuse un horario!: lunes a viernes, de mañana a mediodía.
Y hoy no me quedaba opción, tenía que usarla nuevamente o enfrentarme a las consecuencias, y éstas no me gustaban. Así que fuí y la desenpolvé, y la lucí una vez más. La última, por favor.
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