"Nadie puede perder el tiempo escribiendo la nada. Eso ella no quiere. No sabe qué quiere, pero eso no. La nada que la escriba otro. A sus dieciciete años ya tiene claro que contar no es vivir. Es más difícil contar. Vivir se vive y ya. Para contar hay que ordenar, y a ella le está faltando eso, ordenar, por dentro, las ideas, lo que le pasa. Su cuarto está ordenado. Pero el resto de su vida siente que está todo mezclado. Se siente parada sobre una bomba de tiempo. Y una bomba de tiempo algún día estalla."
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